sábado, 14 de noviembre de 2015

Horror

 

Quiero referirme a los trágicos sucesos acaecidos la pasada noche en París, que han conmocionado a la comunidad internacional y han provocado todo tipo de condenas y opiniones en los medios y en las redes digitales. 
No voy a hacer más énfasis en el horror que no tiene más dimensión que la cercanía. Porque los sucesos recientes… ¿Son más horribles que tener a un hombre arrodillado, vestido de naranja y degollarlo con un cuchillo? ¿O las terribles, pavorosas imágenes de un niño de cristiano –un niño sólo puede ser niño- crucificado? ¿O los cientos de imágenes que llegan a los diarios y que son impublicables? 
El horror forma parte de la vida diaria y su repercusión depende de a quién afecte y a la cercanía. Así de crudo, cruel e indecente. Pero, como ya es habitual, la reacción –apoyada por la visceralidad y el impacto en la ciudadanía- irá encaminada a establecer la respuesta con poca reflexión acerca de las causas. 
Hay días en los que la soberbia viñeta de Mafalda se hace casi imprescindible. “Hoy quiero vivir sin darme cuenta”. Pero difícilmente es posible porque la realidad nos persigue como la sombra y las imágenes de dolor nos acosan. Sólo cabe la serenidad, la reflexión y la profunda convicción de que todas las decisiones que, como ciudadanos, tomamos tienen una notable repercusión. Revisar nuestra conciencia con el mayor espíritu crítico y afirmar los valores de justicia, igualdad y fraternidad.
Y creo que hoy, en nuestro país, en Europa y en el mundo entero se impone un nuevo orden. Políticas nuevas para tiempos nuevos. Porque la vieja política nos conduce al desastre. Los sucesos de París no son una respuesta –ellos lo creen- pero sí son la consecuencia irracional y delirante del orden criminal del mundo. La explotación, la injusticia y la desigualdad crecen de forma exponencial y matan de forma deliberada y premeditada. A raíz de los sucesos del 11M, un conocido filósofo español dijo. “Nadie puede sentirse seguro en un mundo en el que la codicia no tiene fronteras y la justicia las encuentra a cada paso”. 
En ese mundo…estamos instalados. 



8 comentarios:

  1. Es imposible no estar de acuerdo en lo que dices. El problema es cómo puede abrirse paso una "nueva política" más racional, más justa, a través de una negociación entre iguales, que tenga en cuenta a los pueblos y su desarrollo, la conservación global del medio ambiente y tantas cosas sin desalojar al mismo tiempo a la "vieja política" basada en la explotación de unos hombres por otros, de unos pueblos por otros, en el poder apoyado en las armas, en la injerencia permanente debido a "objetivos geoestratégicos", tal como lo describen. ¿Cómo hacer una "nueva política" que no termine por ser idéntica a la "vieja"? A los que pasamos de los sesenta se nos antoja que todo parece distinto pero todo sigue igual, las mismas injusticias por las que luchamos de jóvenes y que aún nos encienden la sangre por encima de nuestras derrotas y decepciones, la misma irracionalidad, la codicia que mencionas... Dicen los de Podemos que "dejemos a los árabes en paz", que Occidente no invada, no bombardee más, pero ahí sigue Israel defendiendo de forma agresiva su derecho a existir, ahí sigue el petróleo que nuestra civilización desea. Y eso se repite una y otra vez.

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    1. Gracias por tu comentario, Carlos, que hace bueno mi escrito. Tienes razón en el análisis y la desesperanza. Pero la única forma de encontrar soluciones es tomar conciencia de la verdad, de la realidad. Tristemente, tanto en los medios como en las redes es algo que se aprecia poco. La práctica del maniqueísmo está generalizada. En definitiva, la dificultad que hoy encuentra el pensamiento crítico y el razonamiento se ve superada por soflamas y prejuicios.

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  2. No suele ser fácil decir estas cosas, hay que medir muy bien las palabras y aún así habrá quien las interprete a su antojo. Lo primero sería darse cuenta de lo que está pasando, para poder tomar conciencia y actuar.

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    1. Es cierto, Rosa, y estuve pensando en que, probablemente, algunos las interpretarían mal. No creo que haya sido así o la menos nadie lo ha dicho. De todas formas, me niego a no decir lo que pienso.

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  3. me desespero tanto, al mencionar que necesitamos hacer conciencia y poder actuar, pero si bien es cierto una gran cantidad de personas no desean vivir el horror de lo que está sucediendo en el mundo entero, como poder lograrlo? Cada quien lucha por lo que es justo, y como alguna vez le leí por ahí que "la verdad se confecciona a medida" creo que ya no habrá marcha atrás y cada vez será peor.

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    1. Esperemos que el futuro no sea tan desesperanzador como pronosticas, Ross. Ni la verdad es una ni tampoco se confecciona a medida. Pero no se puede obviar la realidad. Y sobre todo, no caer en el maniqueísmo simplista. Gracias por tu lectura y comentario.

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  4. ¡Excelente! Ojalá que escritos como el tuyo se volvieran "trending topic" en vez de tanta tontería que circula por la red, seguro ayudaría abrir los ojos de muchos que no solemos ver más allá de nuestras narices. El pensamiento crítico no es tan fácil, es mucho más cómodo seguir las tendencias y repetir lo que los medios te van dictando.
    Por cierto, a mí me leyeron tu texto con una dicción y cadencia perfectas. Mucho mejor de como lo he hecho yo y eso que he leído en silencio.

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    1. Gracias, Daniel. Eres muy amable. Sí, es más fácil la vida en la comodidad del maniqueísmo y obviar el pensamiento crítico. Quizás algunos nos planteamos un algo más. Y lo que dices del texto leído, me resultó algo incómodo pues tenía que tenerlo en la mano sin apoyarlo en la mesa pues se paraba. Supongo que eso se notó en la grabación. Pero no tiene más importancia. Un abrazo.

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